Intervención artística en el barrio del Raval de Barcelona, realizada durante el workshop Cultural Hybrids, impartido en Elisava por Robert E. D’Souza y Daniel Cid, profesores de la Universidad de Southampton.
Nuestra acción fue seleccionada para formar parte de Barcelona Masala: narratives & interactions in cultural space, editado por Actar Publishers en 2013.
Intervención artística en el barrio del Raval de Barcelona, realizada durante el workshop Cultural Hybrids, impartido en Elisava por Robert E. D’Souza y Daniel Cid, profesores de la Universidad de Southampton.
Nuestra acción fue seleccionada para formar parte de Barcelona Masala: narratives & interactions in cultural space, editado por Actar Publishers en 2013.
Intervención artística en el barrio del Raval de Barcelona, realizada durante el workshop Cultural Hybrids, impartido en Elisava por Robert E. D’Souza y Daniel Cid, profesores de la Universidad de Southampton.
Nuestra acción fue seleccionada para formar parte de Barcelona Masala: narratives & interactions in cultural space, editado por Actar Publishers en 2013.

Recorriendo las calles del Raval llegamos a una que llamó nuestra atención por un contraste: de un lado se alzaban bloques de nueva planta, modernos y coloristas, del otro, una hilera de casas viejas, algunas a medio derribar...

Además, vecinos, policía local y periodistas se concentraban frente a uno de los edificios antiguos. Acababan de desalojar al último vecino que lo habitaba.

Gente del lugar nos dijo que el barrio era, desde hacía algun tiempo, blanco de la especulación inmobiliaria.

Muchas casas antiguas se estaban derribando para construir en su lugar bloques de alquiler más elevado, que en muchos casos no podían permitirse los habitantes primigenios.

Al grueso de la población del Raval -en su mayoría inmigrantes y otros grupos en riesgo de exclusión- se estaba sumando un nuevo colectivo de gente más acaudalada y aparentemente ajena a la realidad marginal que imperaba en el barrio.

Ante esta falta de comunicación, el mirar al otro como ajeno, quisimos recortar la distancia construyendo un enlace material y simbólico entre dos puertas: la del edificio antiguo a punto de ser derribado y la del bloque más nuevo de la calle.



Así es como creamos esta alfombra roja que todos podían transitar a su gusto, sintiéndose protagonistas de un mismo mensaje "Pisando el mismo suelo".



La alfombra roja, el clásico símbolo occidental de glamour y lujo, se convertía aquí en algo mucho más mundano y a nuestro entender necesario: un puente entre contrastes, dos realidades que en verdad son una más compleja.


Recorriendo las calles del Raval llegamos a una que llamó nuestra atención por un contraste: de un lado se alzaban bloques de nueva planta, modernos y coloristas, del otro, una hilera de casas viejas, algunas a medio derribar...

Además, vecinos, policía local y periodistas se concentraban frente a uno de los edificios antiguos. Acababan de desalojar al último vecino que lo habitaba.

Gente del lugar nos dijo que el barrio era, desde hacía algun tiempo, blanco de la especulación inmobiliaria.

Muchas casas antiguas se estaban derribando para construir en su lugar bloques de alquiler más elevado, que en muchos casos no podían permitirse los habitantes primigenios.

Al grueso de la población del Raval -en su mayoría inmigrantes y otros grupos en riesgo de exclusión- se estaba sumando un nuevo colectivo de gente más acaudalada y aparentemente ajena a la realidad marginal que imperaba en el barrio.

Ante esta falta de comunicación, el mirar al otro como ajeno, quisimos recortar la distancia construyendo un enlace material y simbólico entre dos puertas: la del edificio antiguo a punto de ser derribado y la del bloque más nuevo de la calle.



Así es como creamos esta alfombra roja que todos podían transitar a su gusto, sintiéndose protagonistas de un mismo mensaje "Pisando el mismo suelo".



La alfombra roja, el clásico símbolo occidental de glamour y lujo, se convertía aquí en algo mucho más mundano y a nuestro entender necesario: un puente entre contrastes, dos realidades que en verdad son una más compleja.
